Y así fue como empezó mi experiencia con la comida del avión de mi último vuelo con Iberia…
Subes al avión, te acomodas en tu asiento, coges la carta del menú, y después de no saber que elegir entre un montón de opciones saludables, te decantas por un aperitivo de hummus con crudites de zanahoria, un bocadillo de pan integral con espinacas, tomate y queso, y una macedonia de fruta natural.
¡Despierta María! Es 7 de Agosto y acabas de aterrizar de un viaje de ensueño. Lo anterior, también es un sueño, y aunque te gustaría que no lo fuera, vives en el 2018, y la presentación de comida saludable y mucho menos sostenible, no es una prioridad para la mayoría de empresas, y mucho menos para el gobierno, quien debería de liderar de una forma eficaz, la promoción de una alimentación saludable.
He de confesaros que no tengo costumbre de elegir comida del avión. De hecho, era la primera vez que me la jugaba al pensar que por las características del vuelo (horario nocturno y más de 3 horas) teníamos la cena incluida.
También os confieso, que a pesar de que intuía que la ausencia de opciones saludables sería característico, tenía ciertas esperanzas a la hora de poder elegir alguna opción medio saludable. ¿El resultado? Os dejo las fotos de la carta para que podáis ir sacando vuestras propias conclusiones.
Si nos fijamos en la portada y contraportada, cualquiera podría pensar que dentro de la carta, sí podríamos encontrarnos alguna opción saludable, ¿verdad? Pero yo a esto lo llamaría “puro marketing”
Llegamos al apartado de bocadillos y lo primero que podemos ver, es que no hay ni una única opción 100% vegetal. Algo que no es lógico teniendo en cuenta que cada vez es mayor el número de personas que no quieren o no pueden, tomar alimentos de origen animal.
Y entonces llegamos a la parte de aroma y sabor. La verdad, mirando este apartado creo que pedirnos un café o té sin endulzar podría ser una de las mejores elecciones. Eso sí, olvídate de pedir el café con alguna bebida vegetal (soja, avena…)
¿Quieres darle sabor a tu viaje? No lo pongo en duda que lo consigan. Pues todos estos alimentos son muy ricos en sal, grasas de baja calidad, y también glutamato monosódico, un aditivo que potencia el sabor de los alimentos y que está íntimamente relacionado con la capacidad de “enganche” de los productos ultraprocesados.
Pero no os preocupéis, que después del empacho de sal, nos dan la oportunidad de aumentar el riesgo de diabetes con esta gran variedad de opciones dulces cargaditas de azúcar y aceite de palma.
Y que si quieres, te puedes emborrachar con la gran variedad de bebidas y cervezas que tienes a tu disposición, así te relajas y llegas a tu destino piripi. En fin…¿Veis coherente que se pueda consumir alcohol en el avión? Yo la verdad que no lo veo…
…Y cuando pensaba que nada más podría sorprenderme, llegamos al apartado de “Pensamos en ti” con muffins, yogur griego azucarado, limonada endulzada con stevia, y unas patatas de maíz y chía, ¿quién se cree que este apartado está hecho pensando en nosotros?
Y después de ver la carta, es posible que os estéis preguntando, ¿y qué elegiste?
Teniendo en cuenta que no como carne, y que tenía bastante hambre como para que una limonada me dejara satisfecha, opté por el bocadillo de atún y pimientos. Este, salvo por su pan blanco, es una opción que puede ser considerada saludable.
Lo cierto es, que aunque esta fue mi elección, finalmente no fue lo que comí, ¿por qué? Porque al pedírselo a la azafata (la mar de maja, por cierto), me dijo que no tenían. Y es entonces cuando pensé…¡Vaya! Para una opción que teníais más o menos sana, no la tenéis 🙁
Si os digo que la azafata me ofreció su propia cena (una ensalada que no estaba en el menú, pero que sí debían ofrecer a la tripulación), frutos secos en varias ocasiones y unas aceitunas, podréis comprender porque digo que era súper maja. Ella sí fue empática y sintió que no era justo que no pudiera cenar. Creo que si los responsables de la compañía sintieran lo que ella sintió, antes incluso de que terminase el verano, se plantearían remodelar su carta.
En conclusión, al ver las opciones de la carta, creo que al igual que yo, pensaréis que los responsables de la comida de Iberia lo que quieren es que sus viajeros lleguen borrachos a su destino, con una subida de azúcar, la tensión por las nuebes y un ataque de gota.
A mí estas intenciones no me gustan, me preocupan y me ponen de mal humor. Y dado que me encantaría que cambiaran, he enviado la siguiente carta a Iberia, con el principal propósito de que al menos la lean y despierten en ellos una intención de cambio.
Estimado equipo de Iberia,
Mi nombre es María Neira, y me dirijo a vosotros con el propósito de animaros a modificar vuestra carta de comidas, la cual como Dietista-Nutricionista y persona comprometida con la salud, considera que podría mejorarse notablemente.
Durante mi último vuelo con vosotros, me resultó imposible cenar algo medianamente sano. Y estoy segura, que al igual que yo, muchos viajeros sufren a diario esta limitación.
Actualmente, hay datos suficientes para concluir que una mala alimentación está íntimamente relaciona con los principales factores de riesgo del cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Todas estas enfermedades se cobran muchas vidas, y también son responsables del deterioro de la calidad de vida de muchas personas.
Es responsabilidad de todos crear entornos saludables, y vuestra oferta gastronómica basada en productos ultraprocesados, muy ricos en azúcares añadidos, grasas insanas, sal y alcohol; se aleja notoriamente de lograrlo.
Por todo ello, y con el deseo de que toméis en consideración mi queja, os sugiero una mejora de vuestra carta de comidas y bebidas, en la que la presencia de alimentos saludables y opciones adaptadas a aquellas personas que no comen alimentos de origen animal, se convierta en una realidad.
Además, me consta que estáis comprometidos con actividades de interés social, y apostar por esta mejora, sería sin duda alguna, la mejor acción de solidaridad y empatía hacia vuestros clientes.
Gracias por leerme.
María Neira. Fundadora de Nutriendo Mi Cambio, Dietista-Nutricionista y promotora de la alimentación saludable.
En conclusión, mejorar las comidas ofrecidas en este tipo de servicios, es una necesidad para todos, y nadie debería de caer en justificaciones del tipo “se pondrá malo”, “nadie lo pedirá” etc…¡Qué ya nos conocemos!
¿Y qué podrían incluir en su carta?
Si me dieran la oportunidad de añadir opciones saludables, apostaría por lo siguiente…
- Frutos secos al natural.
- Verduras liofilizadas/deshidratadas.
- Fruta envasada al vacío y/o deshidratada.
- Bocadillos con pan integral y hortalizas, queso, huevo cocido, hummus, paté de aceitunas…
- Ensaladas (con legumbre; o queso; o huevo; y hortalizas)
- Crema de verduras.
Querido lector, si tú también has vivido una situación similar con otras aerolíneas y tienes documentación actualizada para poder contrastarla, podéis enviármelas a info@nutriendomicambio.com, y estaré encantada de editar el post.
¡¡Gracias por leerme!!